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¿Cómo impacta el estrés crónico en la salud cardiovascular? 


En la actualidad, las personas estamos cada vez más sujetas a factores socioeconómicos y ambientales que pueden resultar estresantes. Diversos estudios han demostrado que el estrés puede asociarse con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, reduciendo así la esperanza de vida más allá de otros factores de riesgo. 

El estrés psicológico es un componente fundamental de la vida, que aflige a todos los seres humanos en distintas intensidades. Los factores estresantes pueden manifestarse de forma aguda o crónica, ya sea a través de cambios abruptos provocados por problemas familiares o eventos catastróficos como desastres naturales, por condiciones socioeconómicas adversas o incluso mediante afecciones psiquiátricas crónicas (como depresión o ansiedad). 

Se denomina estrés crónico a aquel que ocurre durante meses o años y puede generar consecuencias adversas acumulativas para la salud. Esta clase de estrés se asocia con un mayor riesgo de padecer varias enfermedades, incluyendo distintos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

La investigación Interheart, que estudió a más de 24 mil pacientes en 52 países, estableció que aquellas personas que habían padecido un mayor índice de estrés psicosocial durante el año anterior, tenían 2 veces más riesgo de padecer un infarto de miocardio. Este riesgo era independiente de su estado socioeconómico, su estilo de vida, su edad y su sexo. 

Además, el estudio reveló que el estrés crónico promueve los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, desencadenando hábitos alimenticios poco saludables y una preferencia por los alimentos no saludables, hipertensión y mayor adiposidad (independientemente de la dieta y la actividad física).

El estrés también aumenta el riesgo de padecer diabetes y empeora el control glucémico entre los diabéticos. Por otro lado, las condiciones relacionadas con el estrés se asocian con una mayor tasa de tabaquismo y alcoholismo, dos de los factores de riesgo que se asocian a enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares.