Una investigación presentada recientemente en la Sociedad Europea de Cardiología ha demostrado que los frutos secos son un aliado importante a la hora de reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, ya que contribuyen a fortalecer el músculo cardíaco cuando se consumen de forma continua.
El estudio, del que participaron más de 5 mil adultos mayores de 35 años, se inició en 2001 y continuó hasta fines de 2013, tiempo durante el cual se realizaron diversos seguimientos y cuestionarios sobre la dieta y el estado de salud de los participantes y sus familiares.
Los datos demostraron que quienes ingerían frutos secos como nueces, almendras, pistachos o avellanas al menos dos veces por semana tenían un riesgo de padecer enfermedades cardíacas un 17% menor a quienes se habían limitado a un único consumo semanal.
El Dr. Noushin Mohammadifard, encargado de la investigación, resaltó que esta conexión quedó fuertemente demostrada incluso después de haber excluido otros factores como la edad, el género, la educación y la actividad física.
Los frutos secos son una buena fuente de grasas insaturadas, contienen proteínas, minerales y vitaminas, así como fibras y polifenoles. Según la Sociedad Europea de Cardiología, la dosis recomendada para una dieta saludable y que contribuya a mejorar la salud cardiovascular es de 30 gramos diarios, sin sal.