La Fundación Española del Corazón advirtió recientemente que la localización del exceso de grasa es un factor más importante a tener en cuenta para prevenir el riesgo cardiovascular que el exceso de peso. Por eso, los especialistas de esta entidad recomiendan prestar mayor atención al perímetro abdominal que al índice de masa corporal (IMC).
Los expertos diferencian dos tipos de obesidad:
- Periférica: aquella en la que el exceso de grasa se concentra en glúteos, muslos y brazos.
- Central: cuando el exceso de grasa se concentra en la zona alrededor del abdomen.
Diversos estudios han demostrado que el exceso de grasa abdominal puede duplicar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular ya que la grasa visceral promueve el aumento del colesterol y los triglicéridos, incrementando el riesgo de padecer diabetes y trombosis; además de provocar una subida de la tensión arterial.
Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda controlar de forma periódica tanto el peso corporal y la presión arterial, como el perímetro abdominal con una cinta métrica. Para llevar a cabo la medición se debe permanecer de pie, con los pies juntos y los brazos a los costados, manteniendo el abdomen relajado y ubicando la cinta métrica a la altura del ombligo.
El valor máximo saludable para las mujeres es de 88 centímetros y para los varones de 102 centímetros.
Además, para disminuir y evitar la grasa abdominal, se aconseja:
• Hidratarse de forma continua (2 litros de agua diarios)
• Llevar una dieta libre de grasas saturadas y alimentos procesados.
• Combinar ejercicios aeróbicos (para quemar calorías) y de fuerza (para fortalecer los músculos y acelerar el metabolismo).
• Prestar atención a la posición, ya que permanecer con la columna encorvada favorece el menor desarrollo de los músculos del abdomen haciendo que se acumule mayor cantidad de grasa.
• Evitar las restricciones calóricas excesivas para no enlentecer el metabolismo.
