Una investigación llevada a cabo por el Hospital General de Massachusetts, en los Estados Unidos, revela que las personas que hacen ejercicio de forma regular queman calorías con mayor eficiencia que las sedentarias. Esto se debe a que el organismo continúa quemando calorías aún después de haber terminado la actividad física.
Los especialistas calculan que aproximadamente un 50% de las calorías que se consumen gracias a al ejercicio se pierden durante la práctica, mientras que el 50% restante es quemado después de haber terminado la actividad, cuando el cuerpo está en reposo. De hecho, el estudio demostró que 10 minutos de actividad física intensa son suficientes para que los efectos sobre el metabolismo se mantengan una hora más tarde.
Esto se explica porque cuando aumenta la actividad muscular, la cantidad de mitocondrias en las células musculares también aumenta. Las mitocondrias son las encargadas de producir la energía necesaria para moverse. Por eso mientras más alto sea su número, mayor cantidad de energía serán capaces de producir y, en consecuencia, mayor será la cantidad de calorías necesarias para llevar a cabo su función.
Asimismo, el bienestar psicológico producido por la liberación de endorfinas puede durar horas e incluso días. Mientras que los beneficios cardiovasculares pueden prolongarse durante meses y los efectos favorables para la salud de los huesos pueden manifestarse aún años después de realizado el ejercicio.
Por otro lado, los resultados del estudio demostraron que con el ejercicio aumenta la capacidad del organismo de quemar grasas y azúcares, por lo que es especialmente recomendable para prevenir y tratar tanto la obesidad como la diabetes.