La
comunidad médica suele llamar la atención por la cantidad de pacientes que
presentan complicaciones derivadas de la diabetes que no reciben tratamiento.
Los especialistas destacan que en muchos casos, las personas recién se enteran
de que padecen esta patología cuando llegan a las salas de guardia por un
infarto o ante una posible amputación de extremidades gangrenadas.
También
advierten que hay pacientes que, a pesar de estar al tanto de que están
enfermos, no llevan a cabo los controles ni los tratamientos adecuados y que
preocupa la gran cantidad de personas menores de 65 años con esta enfermedad.
Los médicos atribuyen este aumento a una merma en los controles periódicos y a
la minimización de los síntomas.
Las
consecuencias cardiovasculares son las que más frecuentemente desnudan la
diabetes, cuando ya ha causado daño. Los daños vasculares pueden producir un
accidente cerebrovascular (ACV) o un infarto. Por otro lado, provoca daños en
la retina (retinopatía) que pueden derivar en una ceguera total.
Otro
de los problemas de salud asociados a esta patología puede producirse a nivel
renal, ya que compromete la circulación en los riñones. Esto no sólo puede
llevar a los pacientes a depender de
diálisis para vivir, sino que pueden llegar a requerir un trasplante de
riñón.
Por
último, los médicos alertan sobre la pérdida de sensibilidad en los pies
habitual en las personas diabéticas. Esta pérdida puede provocar úlceras que
dificultan la circulación de la sangre y, con el tiempo, pueden derivar en una
gangrena y requerir la amputación de los miembros inferiores. Se estima que un
15% de los pacientes con Diabetes Mellitus enfrentan este problema en algún
momento de sus vidas.
Cabe
recordar que cuando una persona pierde la vista o padece una amputación, su
discapacidad puede acortar su supervivencia si no recibe el tratamiento médico
y psicológico adecuado para llevar una vida normal.