De
acuerdo a cifras provistas por la Federación Internacional de la Diabetes,
existen alrededor de 380 millones de personas que viven con diabetes en el
mundo actual. Pero se estima que ese número podría multiplicarse en los
próximos 20 años. Esta enfermedad se ha visto favorecida por el estilo de vida
moderno, donde el sedentarismo y la obesidad son moneda corriente y ponen en
riesgo la salud.
Por si
fuera poco, en los últimos 15 años se ha duplicado la cifra de pacientes con
diabetes que presentan enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que la
diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, ya que no
solo afecta la pared interior de las arterias, favoreciendo el desarrollo de la
arteriosclerosis, sino que además aumenta las probabilidades de padecer
infartos, insuficiencias cardíacas y neuropatías.
La
diabetes es una enfermedad que se caracteriza por el aumento del nivel de
glucemia como consecuencia de una falla en la secreción de insulina. A lo largo
del tiempo, la hiperglucemia (el aumento sostenido de la glucosa en sangre)
puede desencadenar daños en los vasos sanguíneos y los nervios que controlan al
corazón. Además, las personas diabéticas tienen más probabilidades de tener
niveles altos de presión arterial, triglicéridos y colesterol LDL, lo que las
vuelve mucho más propensas a presentar enfermedades cardíacas.
Por
todos estos motivos, es importante que las personas con diabetes mantengan un
buen control no solo de su azúcar en sangre, sino también de los factores de
riesgo asociados a la enfermedad. Por eso se recomienda mantener un peso
saludable mediante una dieta equilibrada, sin grasas ni excesos de hidratos de
carbono, evitar el cigarrillo y el sedentarismo, realizando actividad física al
menos 30 minutos al día, y seguir al pie de la letra las recomendaciones
farmacológicas del médico de cabecera.