Varios estudios han demostrado los beneficios
de la lactancia materna para los bebés, entre ellos, el fortalecimiento del
sistema inmunitario y el menor riesgo de contraer enfermedades como el asma, la
obesidad y la diabetes tipo 2.
Además, distintas investigaciones relacionan a
este hábito con un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovarios para las
madres. De hecho, se estima que mientras mayor sea el tiempo de amamantamiento
(ya sea con 1 o más hijos), menor es el riesgo de padecer estas enfermedades.
Pero ahora se ha descubierto que la lactancia
materna también puede contribuir a proteger el corazón de las madres, ya que se
asocia a un menor riesgo de desarrollar factores de riesgo como la diabetes, el
colesterol alto, la presión arterial alta y otras enfermedades cardíacas.
Y aunque los estudios no son concluyentes en
cuanto a la causa exacta que provoca este beneficio, los especialistas estiman
que está relacionado con la liberación de oxitocina, una hormona que relaja los
vasos sanguíneos, permitiendo un mejor flujo de la sangre.
Por otro lado, la lactancia permite quemar una
gran cantidad de calorías, reduciendo el riesgo de que las madres padezcan
sobrepeso u obesidad y, en consecuencia, previniendo el padecimiento de ataques
cardíacos o accidentes cerebrovasculares mucho tiempo después de dar a luz.